Vincent van Gogh
La meridiana o la siesta (1853-1890)
Óleo sobre tela, alt.73; ancho: 91 cm.
(según Millet)
Diciembre 1889-enero 1890)
Musée d’Orsay
La siesta pintada durante la estancia de Van Gogh en Saint-Rémy de Provence cuando estaba internado en un asilo. La composición ha retomado un dibujo de Millet para Las cuatro horas de la jornada, Vincent este enfoque a su hermano Théo: “Se trata más bien de traducir en otro lenguaje, el de los colores, las impresiones de claroscuro en blanco y negro”. Van Gogh ha copiado en numerosas ocasiones obras de Millet, a quien consideraba “un pintor más moderno que Manet”. Copia esta escena que representaba para Millet, la Francia rural de la década de 1860.(parte del comentario sobre la obra del sitio web del Musée d’Orsay).
Vemos en un primer plano, una pareja de campesinos con sus ropas de trabajo, recostados sobre atados de mieses y detrás de sus cabezas un gran fardo con la cosecha de un cultivo dorado, probablemente trigo.
Los cuerpos reposan en diagonal y forman a su vez una simetría, como si esta diagonal fuera un eje entre los dos cuerpos.
A lo lejos otro gran fardo, 2 animales y una carreta, a la altura del cuerpo de los animales, se remarca fuertemente por al cambio de color una línea de horizonte, perfectamente definida por el contraste amarillo/azul.
Volviendo hacia delante en el cuadro vemos el par de zapatos del hombre, y a su lado las dos hoces, sus herramientas de trabajo, dispuestas al lado de los zapatos en curvas concéntricas paralelas.
A esta altura hay varias secuencias que dibujan un ritmo en la pintura:
Secuencia de formas
hombre y mujer- las dos figuras centrales durmiendo la siesta.
par de zapatos
par de hoces
par de fardos
dos animales
Secuencia compositiva
1º plano: hombre y mujer, junto a un fardo de cosecha
2º plano: animales y carreta, junto a un fardo de cosecha
Composición del color:
Figuras en celeste que solo se acentúa en el fondo azul-celeste intenso del cielo.
gran contraste entre: entre el celeste de las figuras y el amarillo-oro , el color de la cosecha, con las excepciones de transición en el sombrero, con el cual el hombre cubre su rostro, en un marrón muy claro; y en los colores de la piel rostros, manos y pies, claros, que hacen una sútil transición entre el celeste y el amarillo claro, el color se hace frío en la piel.
Vibración del color:
En cada pincelada aparece un gesto que se repite dibujando las formas, en líneas paralelas y curvas, gesto remarcado por una acentuada cantidad de pintura, esta corporeidad hace una pintura muy matérica. Hay contínuos contrastes de color, que realzan los caminos que recorre el pincel, casi siempre el mismo tinte en valores más claros y más oscuros
Expresionismo:
Lo importante de destacar que este movimiento de la línea que solo reposa en la piel de los cuerpos de ambas figuras, está tan presente en la tierra, en la cosecha, en la ropa, como en el cielo; lo que sin dudas da una integralidad y unidad a la pintura; que permite expresar su fuerza y energía.
comentario para la columna Arte raro- Programa Obra en Deconstrucción de la radio Universidad nacional de Rosario- F.M. 103.3 - Argentina
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