10/5/23

Vermeer, Johannes, Muchacha leyendo una carta junto a la ventana, Parte IV, mucho mas que un misterio


 oleo s/ tela, 83 x 64,5 cms.

1657 - 1659

Gemaldegalerie Alte Meister, Dresde, Alemania


A partir y entorno a La muchacha leyendo la carta frente a la ventana abierta descubro una puesta en escena de un memento mori y memento vivere.





El primer memento mori es el rostro de la joven que se refleja mal visible y cortado por los plomos del vitreaux, un vanitas sobre lo efímero de la belleza.




El segundo es la naturaleza muerta sobre la mesa, donde las frutas se van cayendo de un plano inclinado sobre un tapiz.


El tercero y más polémico es la cortina. El historiador Daniel Arasse dice que Vermeer se inspira aquí en una obra de Gerrit Dou, nombra a Autorretrato de 1640, actualmente en el Rijksmuseum como Hombre fumando en pipa, 1650.



Pero yendo más hacia atrás, encuentro ecos de la icónica anamorfosis de Los embajadores Jean de Dinteville y Georges de Selve de Hans Holbein, el joven.
Esta imagen irreconoscible en la cortina, podría ser el reflejo de la ventana deformado, fuera de escala y dispuesto en forma oblicua, suspendido en el aire, tanto aquí como en los embajadores.






El memento vivere es el Eros, quien reapareció en la pintura en el año 2017. Él porta sus atributos del arco y la flecha y tiene a sus pies dos máscaras de teatro, un gesto que simboliza el triunfo del amor sincero sobre el engaño y la hipocresía.

Así como en el poema de Catulo a Lesbia, la pintura de Vermeer nos dice que la brevedad y la fragilidad de la vida constituyen el argumento para apresurarse a vivir el amor.

texto(resumen de una hipótesis de interpretación) de Marcela Galuppo,
Instagram. @marcela.galuppo, @fandecaravaggio,


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